27 de octubre de 2016

PARQUE NATURAL DEL CABO DE GATA-NIJAR

En la zona sureste de la península asoma un enclave natural único por sus características geológicas, climáticas y paisajísticas. Concretamente alojado en la provincia de Almería y a lo largo de 63 km de costas y parte de su interior este espacio natural fue el primero en estar protegido en Andalucía, allá por el año 1987. Se trata de una zona árida con muy escasas lluvias, muchas horas de insolación y altas temperaturas; también es una región donde sopla con asiduidad el viento, ya sea de levante o de poniente. Lugar de alta importancia geológica por su origen volcánico, la UNESCO lo incluye en la red global de Geoparques.



Con una importancia paisajística inmensa, formaciones como chimeneas, morones, montañas, desfiladeros, playas y dunas fósiles dan un matiz al entorno que evoca a tiempos primitivos en los que la tierra se estaba formando y en los que el fuego, la lava y las cenizas a medida que se enfriaban moldeaban este paisaje hasta el paraíso que hoy en día nos encontramos. El mayor atractivo litoral reside en sus numerosas calas y playas naturales rodeadas de grandes acantilados de insólitas formas y colores. Resalta en el paisaje las formas caprichosas que presentan estos escarpes esculpidos por el viento a lo largo de los años, las puestas y salidas de sol a través de ellos resultan espectaculares. Tal es la calidad e inmensidad de su luz y su valor paisajístico que la industria del cine se ha fijado en esta comarca siendo escenario de películas como Indiana Jones y la última cruzada, la muerte tenía un precio o la más reciente serie Juego de tronos. Un nutrido numero de castillos, atalayas y torreones a modo de construcciones defensivas salpican sus partes altas, vestigios de tiempos pasados en los que los piratas usaban sus inaccesibles desfiladeros, grutas y cuevas en forma de guarida. En la zona interior destacan los grandes cortijos con una gran separación entre ellos debido a la escasez de agua de antaño que hacía que los núcleos poblacionales estuvieran dispersos. En ellos, numerosas infraestructuras agrarias como molinos, norias y aljibes testigos de épocas pasadas jalonan hectáreas de terreno que todavía hoy se cultivan de cereal y hortalizas.


En las profundidades de los acantilados asoman las praderas de poseidonia, planta marina de gran importancia medioambiental debido a que da cobijo en su interior a una gran diversidad de fauna marina, son grandes fijadoras de Co2 y oxigenan el agua proporcionándole ese tono turquesa tan preciado y evocador. Especies tan exóticas como meros, estrellas de mar, erizos o caballitos de mar pueblan las grandes extensiones de esta planta clave en el ecosistema de cabo de gata. Palmitos, pitas y azufaifos son los reyes de la vegetación. En cuanto a la fauna, aves marinas como gaviotas y cormoranes son fáciles de observar en la zona litoral; conejos, liebres y zorros conviven en las áridas llanuras junto a reptiles como la culebra bastarda o la víbora hocicuda. En la zona de las salinas aparecen casi permanentemente los elegantes y esbeltos flamencos junto a diferentes especies de ánades.


Tradicionalmente se han explotado los diferentes recursos de esta tierra a través de la minería, la caza, ganadería, pesca y agricultura estableciendo una armonía y simbiosis constante entre el ser humano y la naturaleza. Todavía son numerosos los vestigios de la época minera en forma de explotaciones abandonadas, muelles de carga y vetustos vías de tren. La pesca ha sido y es actualmente realizada de una forma artesanal sin arrastre contribuyendo a la conservación de la biodiversidad. En cuanto a la ganadería destaca la presencia testimonial de la cabra blanca andaluza, especie ganadera de gran porte  adaptada a zonas áridas con pocos recursos.


Para poder conocer bien la zona es aconsejable recorrer la costa de punta a punta parando en los lugares más emblemáticos como por ejemplo: los miradores de Amatista y Las Sirenas, El faro de Cabo de Gata, las playas de El Playazo, Genoveses y Los Muertos, Cortijo de los Frailes, las minas de Rodalquilar, Cala de San Pedro, Las Salinas y pueblos como San José, Las Negras o Aguamarga. A parte de recorrer la zona a pie o en coche también es interesante descubrir el cabo de gata desde el mar ya sea en kayak, barco o buceo, de esta manera se puede interpretar el paisaje desde un punto de vista diferente ya que se podrán apreciar detalles y llegar a contemplar lugares que solamente son accesibles desde el océano. Una nueva forma de conocer el parque muy de moda durante los últimos años es el senderismo de acantilado que consiste en recorrer los pequeños senderos que atraviesan las partes altas del borde litoral.

José Ángel Macho Barragués. Ingeniero Agrónomo

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